lunes, 3 de septiembre de 2007

Cuando un chico judío alcanza la edad de madurez (12 años para las niñas, 13 años para los varones) se convierte en responsable de sus actos según la ley judía. Desde ese momento se dice que un varón se ha convertido en un bar mitzvá (del hebreo בַּר-מִצְוָה, "obligado por el precepto"), o también ben mitzvá; mientras que una niña será una bat mitzvá (בַּת-מִצְוָה). En hebreo, las palabras "ben" o "bat" significan, además de "niño" o "niña" respectivamente, "sujeto a" o "sometido a" (una ley, un castigo o unas obligaciones); por lo que la expresión se refiere a que el mozo o moza se somete en lo sucesivo al mandamiento de la halajá judía. El plural es benei mitzvá (masculino) o benot mitzvá (femenino).
Habitualmente, los términos "bar mitzvá" y "bat mitzvá" se usan para referirse a la ceremonia o celebración que habitualmente le acompaña. Sin embargo, en realidad el término hace alusión a la "condición legal" de la persona desde el punto de vista de la ley judía. La ceremonia en sí misma no cambia el estatus del participante ni le otorga derechos o responsabilidades adicionales más allá de los que conlleva el cumplir 12 o 13 años.
La ley judía establece que la responsabilidad de los actos de un niño recae en los padres hasta llegar a esta edad. En adelante, los chicos y chicas tienen el privilegio —y la obligación— de participar en todas las áreas de la vida de la comunidad judía y asumir su propia responsabilidad respecto a la ley ritual judía, la tradición y la ética.

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